Para orar cada día

Tiempo de Semana Santa
Martes 26 de marzo de 2024. Martes Santo
Comentarios del sacerdote diocesano Óscar Fernández Expósito

«Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde»

Juan 13, 21-33.36-38

En aquel tiempo, estando Jesús sentado a la mesa con sus discípulos, se turbó en su interior y declaró: «En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará». Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba. Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado de Jesús. Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está hablando». Él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién es?». Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a mojar». Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía. Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los pobres. En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.

Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en Él. Si Dios ha sido glorificado en Él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto. Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros». Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde». Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres veces».


Comentario

Jesús estará ya poco tiempo con los discípulos, porque va a ser glorificado, pasando por la pasión y muerte. El desapego de la vida terrenal de los seres queridos es algo que nos cuesta. Al propio Jesús le resultó difícil, y a los discípulos más admitir la partida de Jesús. Jesús, que conoce el interior de cada uno, se turba en su interior ante la traición de Judas, aquel que había sido elegido. De algún modo le advierte veladamente. Pero Judas no se inmuta y prosigue su plan. El demonio se ha ido apoderando de su corazón y las tinieblas de la noche indican que ha acabado el tiempo de Jesús en esta tierra. Por otra parte, anuncia a Pedro que le negará, aunque sabe que será por debilidad. Otra figura sobresale entre los dos, el “disculpo a quien Jesús quería”, que hemos identificado con Juan. Éste esta recostado junto a Jesús, junto a su corazón. Será el que esté -teológicamente- con la Madre y las otras mujeres al pie de la cruz, cuando todos se van por su camino.


Preguntas para reflexionar

También nuestra vida de discípulos conoce momentos en que nos vemos reflejados en los tres personajes. ¿En qué momentos mi corazón ha estado más lejos del Maestro y las tinieblas lo han invadido? ¿Me he recuperado de esa situación? A veces nuestro amor por el Señor y los demás es sincero, pero no contamos con nuestra debilidad. ¿En qué momentos no he sido malo, pero he fallado por falta de advertencia, de cuidado, por ser demasiado orgulloso? Pero también es bueno que nos comparemos con el discípulo ideal. 


Oración

Damos gracias por los momentos que hemos estado cerca de Jesús, de su intimidad, que él nos ha revelado sus secretos y le pedimos ser capaces de estar firmes incluso en el momento de la cruz.