Para orar cada día

5ª Semana del Tiempo de Pascua
Lunes 29 de abril de 2024. Festividad de Santa Catalina de Siena
Comentarios de la comunidad religiosa de las Concepcionistas Franciscanas de Mondoñedo

«La palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado»

Juan 14, 21-26

En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él». Le dice Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?». Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho».


Comentario

Es muy probable que los criterios de valoración que empleamos en nuestras coordenadas geográficas e históricas sean muy distintos de aquellos que imperan en otros lugares y momentos. Aun así, si tuviéramos que definir en qué consiste ser santo, podríamos estar de acuerdo en algunos elementos, por ejemplo, en que no se trata de tener un amplio currículum de estudios, sino en esa capacidad de fijarnos en lo cotidiano y descubrir su grandeza. Así nos lo recuerda este texto evangélico, que nos invita a ser sencillos para descubrir qué es y qué no es lo importante, como hizo santa Catalina de Siena. Dios vela por todos, él es el Señor de las criaturas limitadas y, sin embargo, tan agradecidas porque les deja ser lo que simplemente son.


Para reflexionar

Deseas hacerte pequeño porque te crees grande. ¿Te das cuenta de que ya eres pequeño? ¡Si no eres nada! ¿Te molesta que te lo diga? ¡Si lo único que te está pidiendo el Señor, es que camines en la verdad, en tu verdad?


Oración

«Jesús, no soy nada, nada valgo si no es porque me amas. Estoy herido y enfermo. Mírame, háblame y quedaré limpio». Señor, enséñame a amar. Haz que guarde tu mandato y lo ponga siempre en práctica.